
Era domingo. Soy tan lista que olvidé las latas en mi casa y tuve que regresar por ellas, así que cuando llegué al planetario el desfile estaba comenzando. Ni modo: a buscarlos. Caminé en sentido contrario a l@s mocos@s verdes y amarill@s, cuando ¡oh decepción! sólo 5 personas con camisola azul y pañoleta del 1 desfilaban.
Te lo dije, te lo dije: no te metas de soldado; pero terco, terco el indio, quería andar uniformado.
Claro, no todo era tan malo: ahí estaba Juanito con su gaita, los de Uruapan al frente ovacionando a Alex, atrás de mi ésa chava del 2 que aunque siempre se me va su nombre (¿Hilda?) es mi favorita de su grupo, y casi al final de las filas pitufo podía escuchar a Miguelito el grandote cantando, y Gus haciendo una entrada espectacular a mitad de la ... y, cómo no, tooodos los caminantes de la provincia con espíritu scout que eran verdaderos cantantes en potencia. ¿Dónde estaba lo malo? No fué mi jefe ni mi coordinador, pero yo era feliz siguiendo al tipo del tambor (tatara-rararara: hey!)
A cambiarse los huaraches por las botas y el fusil: Lo mandaron a la guerra a luchar por su país.
¿Una porquería? Yo no escuchaba a nadie quejarse. ¿Gente gritándonos "chavelo"? Yo sólo veía cómo nos saludaban desde los balcones y alguno qué otro que se animó a grabarnos. Es más, ni siquiera estábamos cansados... la caminata no era nada comparada con la de la semana anterior. No mochilas, no subidas, no piedritas en las botas; una ruta 100% segura y más que conocida por todos, donde sería imposible que alguien se llegara a perder.
Tan bien que se le miraba con su 30-30 al hombro. El cuartel siempre cuidaba... ahora el indio ya está muerto.
Canciones, porras, olas, gritos, slam... ¿qué más le puede pedir a la vida un scout? *pregunta retórica*. Y cuando uno sea viejo y los lobatos de esa nueva época con pañoleta azul-roja pregunten "¿Tú también estuviste en las latas del 2010? ¿Esas en las que se juntaron el doble de latas de las esperadas?" será un orgullo poder decir "Si, ahí estuve. No me dejé llevar por palabras mal razonadas y disfruté cada momento de ése domingo scout".
Por su Patria petateó: por andar de muy mandón, hoy descansa en el panteón.
¿Qué pasó después? "Lo mismo de siempre" dirán algunos: "Formarnos, cantar, poner las latas, tomar fotos y quitar las latas"; tal vez... pero muchos nunca sabrán si es verdad.
Baden-Powell fué soldado, que también se retiró al bedel del escultismo ¡Lo mejor de lo mejor!
Yo canté, yo grité, yo me reí como loca. Yo llené de aluminio la plaza. Yo me colé en ceremonias ajenas, me tomé fotos con extraños y salí en el noticiero local.Esa tarde fuí muy felíz, como no lo era desde hacía mucho tiempo en una actividad. Ahí hubo hermandad, hubo servicio, y hubo apoyo para los que más lo necesitaban.
¡Yo no quiero ser soldado!¡Lo que quiero es ser SCOUT! Que no porta un fusil... pero sí una Flor de Lis
...esa tarde recordé lo que es ser Scout.
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